La Música medieval comprende toda la música europea compuesta durante la Edad Media. Esta etapa comienza con la caída del Imperio Romano en 476 y finaliza aproximadamente hacia mediados del siglo XV. Pese a que el fin de la época medieval y el comienzo del Renacimiento es un límite claramente arbitrario y difuso, lo consideraremos situado hacia 1400.
Estilo y tendencias
La única música medieval que puede ser estudiada es aquella que fue escrita y ha sobrevivido. Dado que la creación de manuscritos musicales era muy cara, debido al costo del pergamino, y la buena cantidad de tiempo necesario para escribir toda una copia, sólo las instituciones muy acaudaladas pudieron producir manuscritos que han sobrevivido hasta la actualidad. Entre esas instituciones generalmente están la Iglesia y las instituciones eclesiásticas, como monasterios, si bien algunas obras seculares también se conservaron en esas instituciones. Estas tradiciones manuscritas no reflejan mucho de la música popular de aquella era. Al comienzo de esta época, la música era monofónica y homorítmica en la que aparece un texto cantado al unísono y sin acompañamiento instrumental escrito. En la notación medieval antigua, el ritmo no puede ser especificado, si bien la notación neumática pueden dar claras ideas de fraseos, y otras notaciones posteriores indican el uso de modos rítmicos. La simplicidad del canto, con la voz al unísono y la declamación natural es muy común. La notación de la polifonía se va desarrollando, y su asunción significa que las primeras prácticas formales se inician en ese periodo. La armonía, con intervalos consonantes de quintas justas, octavas (y después, cuartas justas) comienza a escribirse. La notación rítmica permite complejas interacciones entre múltiples líneas vocales de un modo repetible. El uso de múltiples textos y la notación del acompañamiento instrumental se desarrolla al fin de la era.
Instrumentos
Instrumentos musicales medievales
Muchos de los instrumentos usados en la época medieval sobreviven aún hoy en día con algunas variaciones. La flauta se hacía de madera más que de plata u otro metal, y puede tocarse desde un costado o desde el extremo. La flauta dulce, por otro lado, ha conservado más o menos su forma. El gemshorn se parece a la flauta dulce en cuanto tiene orificios para los dedos en su frente, aunque pertenece en realidad a la familia de la ocarina. Uno de los predecesores de la flauta, la zampoña o flauta de pan, fue popular en el medioevo, y es posiblemente de origen helénico. Los tubos de este instrumento estaban hechos de madera, graduados en longitudes diferentes para producir diferentes tonos.
Notación
La música medieval más temprana no tenía ninguna clase de sistema de notación. Las consonancias eran sobre todo monofónicas y transmitidas por la tradición oral. Sin embargo, la necesidad de una cierta clase de notación se ponía de manifiesto en la tradición sagrada del canto. Mientras que la liturgia cristiana llegó a ser más compleja y variada, las dificultades de la memorización aumentaron para el ejecutante. También, como Roma intentaba generalizar varias liturgias y para establecer el rito romano como la tradición primaria la necesidad de transmitir con eficacia estas ideas del canto a través de distancias. El primer paso para fijar este problema vino con la introducción de varias muestras escritas sobre los textos del canto, llamados los neumas. El origen de neumas es confuso, sin embargo, la mayoría de los eruditos convienen que sus antepasados más cercanos son las muestras gramaticales griegas y romanas clásicas que los aspectos importantes indicados de declamación registrando la subida y la caída de la voz. Las dos muestras básicas de los gramáticos clásicos eran, del actus indicando un aumento de la voz, y de los gravis indicando una baja. Éstos se desarrollaron eventual en los símbolos básicos para la notación neumática, el virga (o “barra”) que indica una nota más alta y todavía parecía el acutus de el cual vino; y el punctum (o el “punto”) que indica una nota más baja y, mientras que el nombre sugiere, redujo el símbolo de los gravis a un punto. Esta clase de notación parece haberse convertido no anterior que el siglo VIII, pero por el noveno fue establecida firmemente como el método primario de notación musical. La notación básica del virga y del punctum seguía siendo los símbolos para las notas individuales, pero otras neumas pronto se convirtieron y demostraron varias notas unidas juntas. Estos nuevos neumas-llamados ligadura-son esencialmente combinaciones de las dos muestras originales. Debe ser observado que esta notación neumática básica podría especificar solamente el número de notas y si se movieron hacia arriba o hacia abajo. No había manera de indicar la nota exacta, ningún ritmo, o aún la nota que comenzaba. Estas limitaciones son indicación adicional que los neumes fueron desarrolladas como herramientas para apoyar la práctica de la tradición oral. Pero, aunque comenzó como simplemente ayuda de la memoria, el valor del tener notación más específica pronto se ponía de manifiesto. El desarrollo siguiente en la notación musical era las “neumas heighted”, en los cuales las neumas fueron puestos cuidadosamente en diversas alturas en lo referente a uno a. Esto permitió que los neumas indicaran el tamaño de un intervalo dado así como la dirección. Esto llevó rápidamente a uno o dos líneas, cada uno que representaba una nota particular, siendo colocado en la música con todos los neumas que se relacionaban de nuevo a ellos. La música medieval utiliza muchos instrumentos de cuerda, tales como el laúd, la guitarra morisca o mandora, la guiterna y el salterio. Los dulcémeles, similares en estructura a los salterios y cítaras, eran originalmente punteados.
En éste periodo existió tanto música religiosa como secular, aunque de ésta última casi no nos han llegado ejemplos. Debido a que la notación musical se desarrolló tardíamente, la reconstrucción de ésta música, especialmente la anterior al siglo XII, es materia de conjeturas.
Periodo 500–1350
El canto antiguo
El canto (canto llano) es una forma sagrada monódica que representa la música más temprana conocida de la Iglesia Cristiana. La tradición del canto de los salmos en las sinagogas, fue sin duda una fuerte influencia del Canto Cristiano.
El canto se desarrolló separadamente en varios centros europeos. Entre los más importantes tenemos a Roma, Hispania, Galia, Milán e Irlanda. Este canto era desarrollado como forma de soporte a la liturgia regional usada cuando se celebraba la misa. Cada área desarrollo su propio canto y reglas de celebración. En España se usaba el canto mozárabe y muestra la influencia de la música del Norte de África. La liturgia mozárabe sobrevivió aún a la regla musulmana, no obstante que fue una corriente aislada y su música fue suprimida más tarde en un intento de reforzar la conformidad con la liturgia completa. En Milán el Canto ambrosiano, nombrado por San Ambrosio, fue el estándar, mientras que el Canto beneventino se desarrolló alrededor de Benevento, otro centro litúrgico italiano. El Canto gálico se usó en la Galia y el Canto celta en Irlanda y Gran Bretaña.
Alrededor del 1011 d. C., la Iglesia Católica Romana quiso estandarizar la celebración de la misa y los cantos. En esa época, Roma era el centro religioso de la Europa occidental y París era el centro político. Los esfuerzos de estandarización consistieron principalmente en combinar estas dos regiones litúrgicas (Romana y Galia). Este cuerpo de cantos llegó a ser conocido como Cantos gregorianos. Por el siglo XII y XIII los cantos gregorianos habían superado a todas las otras tradiciones de cantos occidentales, con la excepción de los cantos Ambrosianos en Milán y los cantos mozárabes en unas pocas capillas españolas.
El canto gregoriano
Se denomina canto gregoriano a la música religiosa de los cristianos. El canto gregoriano obtiene este nombre en honor al papa Gregorio I (San Gregorio Magno) quien comienza una reforma de la liturgia romana y también recopila y ordena todas las melodías religiosas existentes hasta entonces para darles una configuración más sencilla o llana. El canto gregoriano cuenta con varias características:
1. El canto litúrgico o gregoriano es la música oficial de la Iglesia Romana.
2. Es un canto monódico.
3. Su letra está en la lengua oficial eclesiástica: el latín.
4. El ritmo no tiene una pulsación predeterminada ya que los acentos rítmicos son los naturales del texto.
5. Se canta a capella.
6. Su sistema musical es de 8 modos gregorianos o eclesiásticos y éstos provienen de los modos griegos.
7. En su interpretación solo pueden intervenir voces masculinas.
8. Su finalidad es destacar aún más la oración.
9. Su origen está en los primeros cristianos.
10. Es la música del Románico.
Periodo 1300–1400
Ars nova
La denominada Ars nova fue una corriente musical del siglo XIV que nació como contraposición al estilo anterior (Ars antiqua). Los ritmos, temas y las melodías se vuelven más variadas. Machaut es el exponente más importante de esta corriente artística.
Mucha de la música Ars nova tiene un origen francés; no obstante, el término es comúnmente aplicado a toda la música del siglo XIV, especialmente para incluir la música secular en Italia. Por eso, este período es en ocasiones conocido como Trecento.
La Música Italiana ha sido siempre conocida, al parecer, por su carácter lírico o melódico, y esto viene desde el siglo XIV en muchos aspectos. En esta época la ejecución de música secular Italiana (conforme a lo poco que sobrevive de la música litúrgica, es muy similar a la Francesa excepto por unas pequeñas diferencias en la notación) que ha sido llamada del estilo cantalina, con una voz alta soportada por dos voces (o inclusive una sola ya que una gran cantidad de la música italiana del Trecento es para dos voces solamente) que son más regulares y de movimientos lentos. Este tipo de textura permanece también en las ejecuciones de la música Italiana en los géneros seculares de los siglos XV y XVI tan populares, y fue una importante influencia en el eventual desarrollo de la textura de los tríos que revolucionó la música del siglo XVII.
Existieron tres formas principales para las obras seculares en el Trecento. Una fue el Madrigal, que no es aquella misma que aparece 150 a 250 años después, pero con una forma como de verso/refrán. La stanza de tres líneas, cada una con diferentes palabras, alternadas con un ritornello de dos líneas, con el mismo texto en cada aparición. Quizás podríamos ver las semillas del ritornello del Renacimiento tardío y del Barroco en estos arreglos; También regresan una y otra vez, reconocibles en cada ocasión, en contraste con las secciones dispares que la rodean. Otra forma, la caccia ('caza') fue escrita para dos voces en un canon al unísono. Algunas veces, esta forma ejecutaba un ritornello, el cual estaba ocasionalmente en un estilo canónico. Usualmente, el nombre de este género proveía un doble significado, dado que el texto de la caccia fue referente, en primer termino, a la cacería y a actividades al aire libre, o al menos a escenas llenas de acción. La tercera forma principal fue la ballata, la cual fue un equivalente, grosso modo, al virelai francés.
Manuscritos Italianos que sobreviven de esa época incluyen el códice Scuarcialupi y el códice Rossi.
II
La edad media tiene como característica de sus inicios, la difusión creciente del Cristianismo. Recordemos que el nombre de Iglesia (Ecclesia: Asamblea) aparece por primera vez en las palabras de Jesús reseñadas en el texto del Evangelio de Mateo: ...Y te digo que Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella... (...Et ego dico tibi, quia tu es Petrus, et super hanc petram ædificabo ecclesiam meam, et portæ inferi non prævalebunt adversus eam... Mat.16,18). Los primitivos cristianos eran en su mayoría, judíos y continuaron el culto en el templo y en las sinagogas (Mat.4, 23). Este culto era sencillo y consistía en lecturas de las escrituras sagradas, ciertas oraciones y el cántico de los Salmos tomados del respectivo libro del Torá, sin acompañamiento instrumental o con muy pocos instrumentos,
Por eso, desde los inicios de la era cristiana (época de la Didaché, o de la difusión de la Doctrina de Cristo transmitida a las naciones por los Apóstoles) obviamente, la música utilizada en las ceremonias del Nuevo Culto tenía profundas raíces y elementos constitutivos heredados de las Sinagogas judías, influenciadas también posteriormente, por los usos y costumbres orientales, sirias ó persas, armenias ó maronitas, coptas ó caldeas, griegas y, obviamente, romanas; así como también, por las culturas de otros pueblos con los cuales había tenido sus primeros contactos la nueva religión, a través de la predicación de los primeros apóstoles y discípulos cristianos. Estas influencias se resumieron, en cierta manera, en la cultura de Bizancio, transformada en Constantinopla.
A las lecturas de los libros sagrados y a los salmos, himnos y cánticos, los cristianos agregaron como nota característica, el Ritual de la EUCARISTÍA (Acción de Gracias), iniciado por su fundador y el cual se realizaba al anochecer seguido de un ágape de acción de gracias.
Este oficio, tuvo su origen en la costumbre devocional que practicaban las hermandades religiosas judías de la Refacción o Banquete en Común, pero con la modalidad de la Comunión establecida por Cristo en la Última Cena (Const. Apostólicas VIII, 5) y que se resumía en cuatro partes fundamentales:
1. El Ofertorio, donde se toman el pan y el vino y se ponen juntos en la mesa.
2. La Oración, para dar gracias a Dios y bendecir al pan y vino juntos.
3. La Partición, o rito de partir el pan para compartirlo.
4. La Comunión, o distribución del pan y del vino.
Estas prácticas se iniciaron en lugares privados, en casas y monasterios alejados, y en ocasiones, en lugares ocultos y secretos (Catacumbas, etc.), ya que no podemos olvidar que, durante los tres primeros siglos de la Era Cristiana, los cristianos eran una Secta prohibida y frecuentemente perseguida en el medio religioso de la Antigüedad*.
Por eso también, en los primeros tiempos del Cristianismo, especialmente en Roma, los seguidores de la nueva religión no veían a la música con buenos ojos, porque ella perpetuaba el paganismo romano que le había dado el sentido hedonista (doctrina que considera el placer como el fin de la vida) de exaltar el goce de los sentidos y los placeres de la vida. Por lo cual, el uso de instrumentos musicales estaba prohibido en los servicios divinos.
En algunas poblaciones orientales y siguiendo viejas costumbres, ocasionalmente, se solían acompañar los cantos religiosos con la Kithara (Cítara, instrumento de cuerdas de origen griego que para tocarlo se colgaba en el hombro con el auxilio de una cinta; solía tener entre siete y doce cuerdas las cuales se tocaban pulsándolas con un plektron o pajuela. Dicho instrumento, estaba relacionado con la práctica poética de la Kitharodia. Por su mayor sonoridad, sustituyó a la ancestral Lira) pero siempre se obviaron en la liturgia, aquellos Instrumentos Orgiásticos tradicionales, tales como el Aulos y el Hydraulus.
Sin embargo, como señalamos antes, es por las Epístolas del Apóstol Pablo (Cor.14.8; Ef.5.18), como sabemos que los cristianos cantaban por igual dentro de algunas Iglesias HIMNOS litúrgicos (Tehillim ó Himnodia), SALMOS (Mizmor ó Salmodia) y CÁNTICOS (Ser ó Cántica) espirituales de carácter popular acompañados de la flauta y en ocasiones, danzados al estilo de las ceremonias religiosas grecorromanas y egipcias.
Durante el siglo II causaron gran conmoción los planteamientos revisionistas de Marción de Sínope (c.85-c.165), quien fue el primero en someter a un cuidadoso estudio los textos canónicos del Nuevo Testamento, publicó una obra llamada Las Antítesis, lo cual le valió la excomunión en 144, y luego creó la Comunidad de Marcionistas.
Para evitar las divisiones, los abusos y usos inadecuados dentro del ritual cristiano, hacia fines del Siglo III, los Doctores de la Iglesia proscribieron el uso de instrumentos paganos y solo se permitió el Canto sin acompañamiento*.
Aunque los primeros Padres de la Iglesia Católica (Efrén de Nibisín, Atanasio, Basilio de Cesárea, Gregorio de Niza, Juan Crisóstomo, Ambrosio de Milán, Jerónimo, Agustín) se interesaron en estudiar los problemas de la teoría y la ciencia de la música, los Musicógrafos de la Edad Media, por las razones filosófico-teológicas ya mencionadas, procedían como si no conocieran la existencia del arte musical fuera de la Iglesia. Esta práctica incidió en que por contraste, la música gozara de la enorme ventaja de verse admitida en el Culto Oficial y en las celebraciones de la Iglesia, papel que se negaba a otras artes.
Principales Géneros y Formas Musicales cultivadas por la Liturgia Cristiana en sus inicios
La Liturgia (leitos ó latos: público; y ergon: trabajo ó función) Cristiana comprende los actos o funciones públicas rituales religiosas. Para los cristianos griegos es sinónimo de Eucaristía; para los cristianos romanos abarca todos los actos del culto religioso.
En estos actos o rituales se utilizaron desde los primitivos tiempos del Cristianismo, tres (3) formas importantes de música religiosa en las cuales, para hacer más clara, hermosa y profunda la palabra, se tendía a prescindir de la organización en divisiones métricas o nudos rítmicos; como lo hemos señalado antes, estas formas fueron:
El canto de los SALMOS (Mizmor ó Salmodia, práctica de cantar los salmos, llamada de esta manera por consistir en el Canto Recitativo o entonación de los salmos acompañados por la cítara o la lira pulsada o Psallein) y de los HIMNOS (Tehillim ó Himnodia), además de la entonación de CÁNTICOS (Ser ó Cántica), legados a la nueva religión por el mundo hebreo. Como hemos señalado, el apóstol San Pablo hace referencia a los Salmos, Himnos y Cánticos en conexión con la vida cotidiana de los cristianos (Ef. 5,19; Col. 3,16).
El Canto de los Salmos o Salmodia, en un principio y según la tradición, lo practicaban todos los creyentes, incluidas las mujeres y los niños, pero pronto se restringió la participación femenina en el canto de los rituales durante las ceremonias. El pontífice San Ponciano (pontificado, 230-5), sucesor de Urbano I, y quien por cierto, fue el primer Papa que no permaneció en la Silla Pontificia hasta su muerte, ya que abdicó el 28 de septiembre de 235 en favor de su sucesor Antero I; es quien ordena la organización, distribución y primeras normas para el Canto de los Salmos en la Liturgia, además de la recitación del Confiteor Deo y el establecimiento oficial del saludo: Dominus Vobiscum entre los cristianos.
SALMODIA. Como dijimos, el culto religioso de los primeros cristianos giraba en torno a la Didaché, que invitaba a los cristianos a confesar sus pecados antes de la plegaria eucarística; luego seguía la Homilía o comentarios de la palabra además de exhortaciones morales, y la Salmodia tradicional o Canto de los Salmos. La recitación semicantada de los Salmos se origina, como sabemos, en el antiguo culto judío, donde se hacía de dos maneras: Antifonal ó entre dos coros; y Responsorial, alternando solista y coro, o breves fórmulas comunitarias.
Cada Salmo, consta de Versículos con número variable de sílabas y se canta dentro de un mismo tono determinado y atendiendo a un patrón o fórmula que suele contener las siguientes partes: 1. Initium o giro introductorio; 2. Tenor (Tuba o Repercussio) varía el número de notas según el número de sílabas; las partes están separadas por una ligera flexión melódica: Flexa o Mediatio, que también aparecía en el Initium; y al final, 3. Terminatio o Finalis de cada versículo.
Las letras de los SALMOS se toman directamente, de los textos del Libro N° 29 de la Biblia o Torá y en las primeras Órdenes o Reglas Monacales su entonación y canto fueron confiados a un SOLISTA (el tradicional cantor profesional: Hazzán, de las Sinagogas, ó también, Maestro Cantor o del Coro, más tarde y en la iglesia Cristiana, llamado Chantre, dignidad que se confería en los templos principales; y quienes debían vestir con Capa e indumentaria especial, incluida la batuta o bastón cantoral de maestro para cumplir sus funciones).
También, y al igual que en las antiguas sinagogas, se entonaban otros cantos al estilo de la Salmodia, cuyos textos se extraían de partes líricas de los Testamentos; estos eran:
1. HIMNODIA o canto de los Himnos, con este término el cristianismo designa generalmente, trozos de textos destinados primitivamente al canto de los feligreses y más tarde, reservados a la Schola Cantorum, fueron concebidos en estrofas con versos de metro sencillo (generalmente, yámbico) y la adaptación esencialmente silábica de los textos inspirados en las escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos a las melodías correspondientes elaboradas por poetas ó himnógrafos.
Los primeros Himnógrafos más destacados pertenecían a la iglesia cristiana de Oriente; ellos fueron:
San Telésforo, obispo griego y mártir, quien fue elegido y ejerció el pontificado entre 125 y 136, compuso el Himno Gloria in Excesis Deo, que posteriormente, se integraría a la liturgia de la Eucaristía o Missa como una de sus partes comunes.
San Clemente de Alejandría (c.150-225), teólogo griego primitivo, fundador de la escuela catequética de Alejandría; como hemos visto antes, clasificó los géneros orientales (cromático y enarmónico) usados por los cantores cortesanos, como enervantes y afeminados; los excluyó de la liturgia eclesiástica en la cual solo se aceptó el género diátonico; y
San Efrén de Siria (c.306-373), tal vez es el verdadero creador de los más importantes Himnos de la Iglesia cristiana primitiva; compuso ciento cincuenta de ellos para complementar a cada uno de los ciento cincuenta Salmos del Torá. Llamado “La Lira del Espíritu Santo”, por la belleza y profundidad de sus poesías e himnos, entre los cuales destaca el Himno en contra las ideas de Bar Daisan (c.154-222) hereje sirio, quien en vida había tratado de difundir a través de sus cantos y enseñanzas, el gnosticismo y el ocultismo mezclados con el cristianismo y cuyos seguidores, en tiempo de San Efrén, continuaban propagando.
2. CÁNTICA o práctica de la entonación de los Cánticos, melodías populares y sencillas de contenido religioso, que se interpolan en las ceremonias y permiten la incorporación y participación de todos los fieles, en el ritual y la liturgia.
3. RESPONSORIALES Y RESPONSORIOS. Algo más tarde, intervino la comunidad de los fieles respondiendo también al canto entonado por Solista con frases muy simples, fórmulas muy breves o puntuaciones (ejm: Amén), y alternando con el Celebrante oficiante o el Chantre en determinadas ocasiones.
Este Canto con Respuestas del coro (hypakoe), recibió el nombre de Salmodia Responsorial, Salmos Responsoriales y Responsorios. Los principales Salmos Responsoriales son el Alleluia (derivados del Hallel judío, aclamación coral de Alabanza a Dios, o canto melismático adornado con largas vocalizaciones y melismas, con variadas fórmulas exclamativas de júbilo hebreo usado, al igual que el Amén, en las Sinagogas) el Gradual y el Tracto, en el Ritual de la Misa, y los Responsorios en el Ritual del Officium.
4. GRADUALES Cuando se comenzaron a realizar las ceremonias litúrgicas en templos, al entonar el Cántico, el Director del Coro, Salmista (En la primitiva Iglesia, equivalía al Hazzán ó Cantor de la Sinagoga), Chantre ó Cantor, se ubicaba en un sitio elevado en las gradas del Ambón (espacioso púlpito ubicado a ambos lados del Altar). El hecho de cantar desde las Gradas (Gradus) que conducían hasta el Ara o Altar, hizo denominar a esta modalidad: Cánticos Responsoriales de Gradas o GRADUALIA (Graduales), los cuales se convirtieron en una parte muy importante del Oficio Divino (Officium) ya que preceden la proclamación del Evangelio o de las Cartas Epístolas y están seguidos del Alleluia o canto de Alabanza a Dios.
En el Tiempo Penitencial (ejm. Adviento y Cuaresma, etc.) y en los Oficios de Difuntos, después del Gradual se entona un canto o salmodia adornada que sustituye al Alleluia y recibe el nombre de TRACTUS (Tracto), cuyo nombre se debe a que se canta sin repeticiones; se compone de varios versículos que pueden provenir de salmos diferentes y es cantado por un solista.
5. ANTÍFONAS En el siglo IV, los monjes Flaviano (m.404) y Diodoro de Tarso (c.330-394), establecen en Antioquia una peculiar manera de hacer cantar la Salmodia, la cual consistía en dividir a la comunidad en dos semicoros, uno integrado por hombres y el otro formado por mujeres y niños. Estos coros se juntaban para entonar las fórmulas o frases colectivas o estribillos (refrain: ephymnion, hypakoe, akrostikiaó akroteleia), el Alleluia ó una doxología ó fórmula de alabanza a Dios final. Con ello se lograba que la interpretación alterna, produjera el canto en octavas diferentes (antiphonia ó antiphonon melos). Posteriormente, a partir de su introducción en la Liturgia Occidental por parte de San Ambrosio, se hizo frecuente el Canto Alternado entre DOS COROS, el cual recibió el nombre de CANTO ANTIFONAL, y fue aceptado y autorizado por el papa Dámaso I (pontificado 366-384).
Desde el Siglo II, todas estas formas se cantaban aplicando tres (3) de los Modos de la citarodia grecorromana que pasaron a ser los más usuales entre la nueva religión. Estos Modos fueron los tres favoritos del Sistema Diatónico Clásico, es decir, el Modo Dórico (de Mi5 a Mi4), el Yastio o Hipofrigio (de Sol) y el Eolio o Hipodórico (de La).
Los otros Modos, el Frigio o Modo Aulético, el cual se relacionaba con el culto a Dionisos (Baco) y el Modo Lidio, que tenía connotación sensual o frívola, fueron desechados por el culto litúrgico cristiano.
Vale la pena recordar que, es precisamente, durante el siglo II y comienzos del III, cuando se empieza a manifestar un Arte Cristiano propiamente dicho, con representaciones de escenas evangélicas y de símbolos tales como el ancla, la x con la P central, y en especial, el pez ya que la palabra griega ichthys, pez, contiene las iniciales de Iesous Christos, theou uiós, frase que se traduce: Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador.
Como nota importante, debemos tener presente que en la Cuenca Mediterránea confluyen tres continentes antiguos y se convierte así, en un punto y factor de encuentro e integración de pueblos y culturas.
Los tres grandes sistemas religiosos monoteístas surgen también, en dicha cuenca: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo; le circundan, proyectan sus ideas, tradiciones, usos, costumbres, instrumentos y música; y se mueven a través del Mediterráneo, hacia sus naturales centros de peregrinación: Roma, La Meca y Palestina. Las artes y las ciencias en torno al Mediterráneo alcanzan gran esplendor*, y este mar se convierte en el obligado punto de encuentro de hombres, mercancías, navíos, ideas, religiones y arte de vivir.
miércoles, 29 de julio de 2009
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