miércoles, 29 de julio de 2009

La música en la Grecia antigua

Hace demasiados años en una Grecia filosófica, democrática y mitológica nació una música envuelta de fábulas y leyendas.
La música griega recibió influencia de civilizaciones antiguas muy avanzadas.
La Mesopotámica, la Etrusca, la Egipcia y las Indoeuropeas.
La música religiosa y los instrumentos de estas grandes culturas continuaron marcando el ritmo musical de la Civilización Helénica.
Los griegos dieron gran importancia al valor educativo y moral de la música. Es por eso que la música griega también aparece relaiconada con el pueblo.
Apolo es el Dios de l amúsica ys u hermano Dionisios de la danza y el teatro. Las musas o ninfas que serán las encargadas de ayudar y respaldar a los dioses. Tersícore será la musa de la poesía coral y la danza. Erato de la canción amatoria y Euterpe de la música y la flauta. Esto se contradice con el hecho de que apreciaban más una voz bonita que un buen sonido del instrumento que le acompañaba. La estructura de esta música se limitaba a repetir una estrofa sin alterar ni siquiera una nota.
La música se divorcia de la mitología y se casa con el el recitado de los poemas épicos.
Nace la figura de los bardos, auténticos profecionales del recitado, que hiban de pueblo en pueblo con acompañamiento instrumental. La lira era su instrumento por excelencia dejando la cítara para acompañar a los coros populares que cantaban en las ceremonias de culto a dioses, en fiestas populares o en actos deportivos.
Los filósofos de la época resaltan el valor informativo de la música. Mientras Pitágoras le consideraba como “una medicina para el alma”, Aristoteles la utiliza “para llegar a la catarsis emocional”.
Surgen los dramas, tragedias o comedias, combinados para no romper la tradición con la música, danza y poesía.
El Dios Hermes aparece como inventor de la lira, instrumento que simboliza la poesía. La madre de todas las liras para los helenos es el barbitos. Este tiene siete cuerdas y una apariencia imponente. Su sonido era tan fuerte que era capaz de superar cualquier fiesta aunque terminara en orgía.
Respecto a los instrumentos de viento podemos mencionar el aulos, que es lo más parecido a una flauta cruzada con clarinete y de la familia del oboe, tenía una doble lengüeta y estaba formado por dos cañas por las que se soplaba al mismo tiempo. También había aulos de una sola caña, la siringa o flauta de pan. Es un instrumento consagrado a Dionisios y su invención se le atribuye a minerva y al propio Apolo.
El tympanon griego estaba formado por un parche tensado sobre un grancírculo de madera. Se golpeaba directamente con los dedos o una baqueta y solían estar decorados con motivos geométricos. Este instrumento simboliza la locura Dionisiaca y aparece siempre en manos de mujeres.
El tambor, los címbalos, el sistro y las castañuelas eran los instrumentos de percusión más de moda.
La palabra música proviene del griego, Mousike.
A los dáimones se les suele denominar “poder”, lo “divino”, lo “deiforme”, “el que reparte”, “un dios”, “genio”, “espiritu”, “logoi spermatikoi”.
El mitologema es algo más simple que un relato, no es un cuento, ni tampoco posee para nada un carácter intelectual sino vital. Pues es esencial al mito el que sea sentido como una realidad vivida, que no conoce la distracción entre sujeto y objeto, típico de la actitud intelectiva descubierta por los griegos, sino que funde a ambos, al sujeto y al objeto, en la unidad del creyente y lo creido.
Cumpliría la función de expresar la ideología de la que vive en sociedad, mantener ante su conciencia no solamente los valores que reconoce y los ideales que persigue de generación en generación, sino ante todo su ser y estructura misma, los elementos, los vínculos, las tensiones que la constituyen, sin las cuales todo lo suyo se dispersaría.
El mitologema más representado era el de Osiris.
Era interpretado por los sacerdotes y el pueblo, quienes usaban como vestuario para la ocasión, una prenda ritual en la que dominaban los tonos blancos llegando a ser transparentes los d elas muchachas. Los actures llevaban gran cantidad de adornos corporales, como peluca y trenzas, y un maquillaje a base de fuertes colores para el rostro, empleando la anilina para azular los ojos.
El teatro griego continua la antigua fiesta agraria y la fiesta es, ante todo, un lugar de enseñanza, donde se representan y narran los antiguos mitos, donde estan operantes las fuerzas divinas en cuya eficacia se cree. Tragedia y comedia constituyen, por tanto, un testimonio privilegiado de la vida intelectual en la Atenas del siglo V a. C. donde tres autores componían, año tras año y solamente para las fiestas de las grandes Dionisiacas (mes demazo), una trilogía (tres dramas) cada uno y un drama satírico.
Las representaciones trágicas tenían en la Atenas del siglo V a.C. una función altamente educativa.

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